jueves, 19 de agosto de 2010

CAPÍTULO DOS: DUDAS

dale aquí para ver el capítulo anterior


Pero, ¿qué estaba haciendo exactamente? ¡Bailando con alguien sin tan siquiera saber su nombre! No, yo definitivamente no era de ÉSE tipo de chicas. No, no. No iba a permitir que algo así ocurriera y mucho menos, a mí.
Oculté el rostro como pude y le susurré que debía ir al servicio ya que me sentía algo indispuesta. Él, se quedó sorprendido y boquiabierto de la sorpresa que le pareció lo que le dije. Parecía como si nunca ni ninguna chica le hubiera rechazado. Receloso, asintió intentando aparentar normalidad. Dio una pequeña reverencia incómoda y, acto seguido, se fue con otras dos chicas de belleza incomprensible. Su belleza me dolió más de lo que esperaba.
Fui al servicio y me remojé un poco la cara. Mucho me temía que sí que quería pasar la tarde con ése impertinente. Nunca había intercambiado una serie de palabras con nadie de una edad parecida a la mía. Me daba miedo no saber qué hacer o qué decirle. Era más difícil de lo que había dado por hecho. Realmente, relacionarse con una persona era muy complicado si antes, uno nunca lo ha hecho.
Otra vez culpa de mi tío. Des de la muerte súbita de mis padres no había ido nunca a ningún lugar donde poder interactuar e convivir con personas jóvenes. Personas con los mismos ideales y madurez que yo porque él no lo había permitido. Es más, me estaba completamente prohibido. ¿Para qué tanto misterio? ¿Por qué no podía ser una chica normal, con amigos normales y con una vida normal ahí abajo?
Sí, ahí abajo. Estábamos en el año 2356. Los humanos, estúpidos de por sí, habíamos contaminado tanto la corteza terrestre que arriba no se podía vivir. Después de contaminar mucho más de lo concebible, no habíamos tenido suficiente tiempo como para huir de con naves espaciales. Algunos sí pudieron pero sólo habíamos tenido tiempo para construir 100 naves. Y como podéis comprender no cabíamos todos metidos ahí dentro. Me pregunto dónde estarán ahora… Los que fueron suficientemente listos se ocultaron bajo tierra e idearon una serie de túneles y cavidades habitables para nosotros, las criaturas que habían destruido el planeta estúpidamente.
Todas las acciones humanas antes del 2057 fueron equivocadas, especialmente para mí, una persona que había soñado des de siempre salir a la superficie para poder contemplar el mar. El mar, una superficie de agua interminable. Que con la mirada, no se podía divisar adónde terminaba éste…
Claro que, esto de permanecer como los gusanos bajo tierra, en un principio, no tenía que ser permanente. Es más, no DEBÍA ser permanente. Nosotros no podíamos vivir SIEMPRE sin la luz del sol. Aunque de momento nos las habíamos apañado bien. Pero me daba que no sería yo la que pudiese contemplar la destrucción humana y mi ansiado y bello mar.
Teníamos que quedarnos ahí abajo hasta que la naturaleza hubiera “desintoxicado” la polución venenosa todas las otras especies inocentes. Cuando eso ocurriera, podríamos regresar arriba, pero siempre y cuando, no volviéramos a repetir nuestros errores, claro está. Lo que debía ser “temporal” era un asco. No ver nunca la desconocida y bella luz del sol.
La edad y la costumbre habían hecho que nos acostumbráramos a ésa jaula. Patético i frustrante.
Aunque ahora, todo bajo tierra eran comodidades. Los expertos habían diseñado luz solar artificial que nos permitía tener noción del tiempo. Saber si era de noche o de día.
Las casas, eran ya muy avanzadas, esculpidas directamente en roca. No todo eran inconvenientes, aunque sí había más de éstos que ventajas.
Salí del baño un poco más relajada y decidí ir a buscar a ése chico para poder practicar eso de la relación humana. Como no lo encontré salí al balcón esperando relajarme y cuestionándome si me había comportado tan mal con ése chico, como para que se hubiera ido sin más.
Des del balcón, podía verse toda la Caverna principal. La más grande de todas las cuevas habitadas por humanos. Mi tío y yo, junto al servicio, vivíamos a la parte más alta de la Caverna principal y por eso, podía verse todas las casitas iluminadas creando un ambiente relajado. De pronto, oí unos susurros que no sabía de dónde provenían.
- ¿Qué se supone que has estado haciendo, Night? ¡Se suponía que tenías que seducirla! Ahora que se ha dado a conocer y que sabemos de su existencia y que ella es SU punto débil.- exclamó una voz melodiosa de chica.
- ¿Qué querías que hiciera si ella se resistió a mis encantos, eh? Dime, Day, dime.
- ¡Cojones! ¡Pues Seguirla! ¡Si se suponía tú sabes tratar a las chicas! Yo solo se tratar a chicos. Vuelve ahí dentro y sedúcela para que podamos secuestrarla.
- ¿Te piensas que va a ser fácil? ¡Ella es la sobrina querida del primer ministro!
- ¡Por eso mismo la Organización te he elegido a ti! ¡Así que no los decepciones o nos van a hacer algo terrible! No sólo a ti, ¡Si no que a mí también!
- ¡Vale, jopé! Pero no grites tanto, que nos van a oír. Tú ayúdame y distrae al primer ministro que yo voy a usar todas mis técnicas con su sobrina.
Me quedé congelada y con el mínimo ruido volví a dentro. ¡Me buscaban a mí tal y como mi tío me había dicho tantas veces como escusa a mis constantes quejas de vida!
Me senté y de pronto, entró por la puerta que daba a fuera el chico con el que había intercambiado unas palabras. Él era el chico llamado Night. Debía avisar a seguridad. Y rápido. ¿Por qué alguien que empezaba a conoces tenía que ser el malo? Era una maldita gafe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario